Por qué Godis Fábrica no es solo un negocio: es una historia personal de crecimiento

Todavía no me lo puedo creer mientras escribo esto: Godis Fábrica cumple un año la semana que viene. Un año completo desde que abrí la tienda online y puse en ella todo mi corazón y mi alma, creyendo profundamente en lo que hacía. ¿Honestamente? Aún se siente irreal. Pero aquí estamos. Y quiero contarte por qué Godis Fábrica es mucho más que un simple negocio.

Godis Fábrica no nació solo como una idea de negocio. Nació como un viaje – un viaje que me llevó a través de capas de crecimiento personal, dolor, sanación, miedo y, finalmente, fortaleza. Es una historia profundamente personal, llena de momentos que me hicieron cuestionarlo todo.. y también de momentos que me recordaron por qué seguía adelante.

Solo unas pocas personas que realmente me conocen saben cuánto he luchado con la ansiedad social. Y aún así, puede que ni ellas sepan cuán grave llegó a ser. Sin entrar demasiado en detalles – los últimos años de mi vida estuvieron llenos de muchísima “soledad”, en gran parte por el trabajo y otros factores que me llevaron a aislarme más de lo necesario. Además de eso, viví experiencias dolorosas que rompieron mi confianza – en las personas, en la sociedad, en la bondad.

"Tuve que admitir que, a lo largo de los años, contribuí a mi propia ansiedad."

No hablo del tipo de ansiedad donde simplemente te sientes un poco tímido. No. Hablo del tipo de ansiedad que hace que tu corazón se acelere en una conversación sencilla. Del tipo que provoca un ataque de pánico solo por caminar por una calle llena de gente. Del tipo que te hace tener miedo de ser visto o de enfrentarte al mundo. Durante mucho tiempo, era impensable imaginarme compartiendo mi trabajo con los demás. ¿Cómo iba a hacer eso si ni siquiera podía representarme a mí misma, y mucho menos algo que había creado?

Los peores momentos llegaron tras varios eventos traumáticos. Pero también tuve que ser honesta conmigo misma y reconocer que, con el tiempo, yo misma alimenté esa ansiedad. Me aislé, evité al mundo y eso solo empeoró las cosas.

Godis Fábrica: un lugar seguro

Y entonces nació Godis Fábrica. Y se convirtió en algo más que un negocio – se convirtió en mi refugio. Un espacio seguro para expresarme. Algo que me obligó a cambiar, a enfrentar la ansiedad constante y a dejar de aislarme. Al principio, fue absolutamente aterrador. Lanzar una tienda online significaba hacerme visible. Significaba promocionarme. Significaba decir: “Yo creé esto y creo en ello”. Y sí, todo sería más fácil si pudiera hacerlo solo por internet – pero no es así como se construye una marca. Ahí fue cuando las cosas se pusieron realmente difíciles.

Pero, poco a poco, las cosas empezaron a cambiar. Cada producto que lancé, cada mensaje bonito de un cliente, cada pedido que llegó – todo fue debilitando mis dudas. Poco a poco, empecé a sentirme más segura, más conectada, más orgullosa de lo que estaba construyendo. Godis Fábrica me enseñó a mostrarme por mí misma. También me enseñó a ver mi propia responsabilidad en mi “sufrimiento”. A tomar consciencia de cómo me había estado saboteando.

Fracasar no significa que seas un fracaso

He cometido muchísimos errores. He lanzado productos que no se vendieron, he tenido ideas que fracasaron, y he vivido días de total inseguridad preguntándome: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?” Pero también he tenido tantos momentos que me hicieron llorar de alegría. Alguien que me envía una foto de algo que compró – comiéndolo, amándolo, regalándolo. Personas que se me acercan en los mercados para decirme lo bonito que está el puesto, lo bien que se ve todo, y que tengo una energía luminosa. Esos momentos me recordaron por qué empecé. No tienes idea del impacto que tienen tus palabras bonitas.

Llevar Godis Fábrica me ha enseñado resiliencia. Me ha enseñado que fallar no significa que soy un fracaso – significa que lo estoy intentando. Significa que estoy creciendo. ¿Y el crecimiento? Es caótico. No siempre es bonito ni perfecto. Está hecho de noches largas, dudas, errores, valentía, y de levantarse una vez más de las que caes.